Aprovechando que mi chico sigue en tierras inglesas, el pasado fin de semana cogí un avión para verle.
Nos apetecía hacer un plan diferente por lo que decidimos ir a Brighton. Está solo a una hora en tren desde Londres y es una ciudad encantadora.
Me encantó el Royal Pavilion, patinar sobre hielo en la pista que había justo en frente, la playa llena de rocas, los donuts de Krispy Kreme y lo valientes que en pleno diciembre estaban dándose un baño en la playa.





Acabo de volver de Londres, donde he pasado 36 horas. En realidad este viaje express ha sido para ir a ver a mi novio, que está pasando una temporada en Reino Unido.
El sábado me levanté prontísimo para coger un avión y un ratito después ya estábamos desayunando un café y un muffin de Starbucks, dando un paseo por St Jame's park y divirtiéndonos con las ardillas.
También aprovechamos para ir a Camden town, un mercadillo para perderse.
Qué apetecible es Londres y qué rápido se pasa el tiempo cuando estás pasándolo bien.
La pasada Semana Santa fui con mi chico a conocer su tierra, Cáceres. Ha resultado toda una sorpresa y un descubrimiento.
El caso histórico es precioso y se come fenomenal. Todavía sueño con las tapas de La Cacharrería y ya estoy deseando volver.













Esta Semana Santa hemos estado en Sevilla y aunque me ha parecido una ciudad bastante bonita, creo que por la lluvia y las aglomeraciones no hemos podido aprovecharla lo suficiente. Tenemos pendiente volver en otro momento para reconciliarnos.








Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Social Icons